Tuesday 4 October 2011

REFLEXIONES MATUTINAS POR REINA DE LOS ANGELES 04/10/11


Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Santiago 1:20.
Carla sabía que la noche de aquel domingo marcaría su vida para siem pre. Era una noche fría; la más fría de todas las que había vivido al lado de su joven esposo. Las cortinas se movían con el viento helado; pero ni siquiera el aire de la noche era capaz de apagar la ira de su corazón.
algo así! Pero, defi nitivamente él se arrepentiría de haberlo hecho: ella le pagaría con la misma moneda.
Saltó de su inercia. No miró el reloj; cualquier hora daba lo mismo para lo que pensaba hacer. Se vistió con prisa; pasó sus dedos entre su cabello negro, tratando de alisarlo. Tomó su bolso, cruzó el umbral y se perdió en la noche oscura y fría de su dolor de esposa traicionada.
Al volver a casa, se lo dijo. Así, sin medias palabras. Le dijo que estaban empatados: ojo por ojo, traición por traición.
La imagen que había visto aquella tarde no se borraría de su mente jamás: su esposo besaba a otra mujer. ¡Nunca había imaginado algo así! Pero, defi nitivamente él se arrepentiría de haberlo hecho: ella le pagaría con la misma moneda.
Saltó de su inercia. No miró el reloj; cualquier hora daba lo mismo para lo que pensaba hacer. Se vistió con prisa; pasó sus dedos entre su cabello negro, tratando de alisarlo. Tomó su bolso, cruzó el umbra
y se perdió en la noche oscura y fría de su dolor de esposa traicionada.
Al volver a casa, se lo dijo. Así, sin medias palabras. Le dijo que estaban empatados: ojo por ojo, traición por traición.
A partir de aquel día, las noches de Carla se hicieron cada vez más os curas y frías. Su dolor aumentaba. Ya no le dolía la traición del esposo: la atormentaba su propia traición. Se había vengado; había hecho "justicia" por sus propias manos. Pero aquel acto, provocado por la ira, solo le causó amargura; una amargura tan densa como sus
densas noches frías y oscuras. Acabó en el consultorio de un psicólogo.
El consejo bíblico de hoy es: Deja la justicia con Dios; él no puede ser burlado. La persona que te hirió puede parecer victoriosa hoy y mañana, pero los actos de justicia divinos llegan oportunamente, llegan a su debido tiempo.
No te atrevas a llamar justicia al acto impensado provocado por la ira; las prisiones están llenas de gente que solo quiso hacer "justicia".
Las prisiones del alma también abrigan, en sus celdas, a gente herida que, como Carla, se dejó llevar por la ira. La ira humana no combina con la justicia divina: solo Dios sabe permitir que el ser humano coseche el fruto maduro de vivir perjudicando al otro.
Libértate. Pide a Dios la capacidad de perdonar. Abre las puertas de tus prisiones interiores. Brilla, como el sol del nuevo día. Porque: "la ira del hombre no obra la justicia de Dios".
Matutina Pr. Alejandro Bullón

No comments:

Post a Comment